“Conaprolización”, productividad y falta de destrezas en la gestión desafían al sector de tecnología
Nota de Búsqueda sobre la charla Cuti del 31 de agosto de 2018.
"Hace unos años, cuando la industria uruguaya del software exportaba US$ 250 millones anuales, algunos empresarios del sector proyectaban que esos negocios se multiplicarían por cuatro hacia el 2020. “No lo vamos a cumplir” y hoy lo que el sector le vende al mundo son unos US$ 400 millones, comentó Marcel Mordezki, catedrático de Innovación de la Universidad ORT. Esa cifra “no está mal” si se compara con los de potencias del rubro —como los US$ 10.280 millones de Israel, los US$ 33.000 millones de Irlanda o los US$ 120.000 millones de Singapur—, aunque resultan magras respecto al “potencial” que tiene esa industria en Uruguay, añadió. Y como síntesis del diagnóstico, dijo: “(…) No hemos hecho las cosas correctas”, si bien “se mantiene una ventana de oportunidad hacia delante”.
Mordezki habló el pasado viernes 31 de agosto en un foro organizado en la sede del Latu por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) para reflexionar sobre los desafíos para el sector.
Su visión y la de otros oradores —también del ámbito académico y la consultoría en tecnologías de la información (TIC)— fue coincidente en advertir como una debilidad lo que se presentó como una gráfica en forma de “u” o de sonrisa: lo que genera más valor está en los extremos de la cadena (la creación y el contacto con los clientes), y menos en el tramo central (fabricación), donde está parada en general la industria uruguaya.
“No me vayan a masacrar. No digo que sea mal negocio, solo digo que los indicadores de tendencia muestran que existen otras oportunidades y que existen algunos riesgos de que el negocio se vea bajo presión en el futuro cercano”, planteó. Para él, dichas tendencias “son claras. Piensen unos ocho años atrás cuando nos decían que los smartphones iban a ser la revolución. ¿Alguien tenía dudas? ¿Hicimos lo que había que hacer? No hicimos la preparación para tener los equipos humanos relevantes para atender las tendencias relevantes”, reflexionó. Según Mordezki, hoy se tendría que estar capacitando mucho más en, por ejemplo, big data.
Identificó un problema de “conaprolización” del sector de las TIC. Conaprole “hizo solo un intento de posicionar su marca”, en Brasil, mientras que la mayor parte de sus exportaciones son de leche en polvo desecada a la que luego un intermediario le agrega agua y la vende como leche fluida. “Si hay un valor de marca importante para un queso, imagínense” si lo tendrá “para un intangible como un software” como elemento de “confianza” frente a los clientes, y “más (si es) de una empresa que nace en un país ignoto del Cono Sur”, comparó. “¿Qué hacemos nosotros? Vendemos servicios, que los metemos dentro de una app, a la que otro señor le pone una marca y luego la vende en un mercado internacional”, señaló.
Mencionó algunos casos que escapan a esa realidad; uno, dijo, es Genexus, que está tratando de ser reconocida por su marca y de generar una comunidad para atender las necesidades de los usuarios. “Por lo menos entienden del modelo de vender tecnología”, sostuvo el catedrático de la ORT; pero en general “faltan destrezas de management” en el sector. Es necesario invertir para escalar en la cadena de valor, añadió.
Como resumen, Mordezki planteó que las TIC en Uruguay tienen una historia por la que puede sentir orgullo, pero acotó: “Sin embargo, hay muchísimas oportunidades y la verdad es que no hemos sido capaces de capturar oportunidades en toda su dimensión”..."
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